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Medicina Ancestral
Despierta tu espíritu
Sumérgete en la sabiduría ancestral y renueva tu espíritu
En la amplitud del mundo tenemos infinidad de comunidades nativas, con una gran variedad de medicina natural. En América, nuestros pueblos originarios, han guardado y preservado procesos de curación eficaces. Dichos procesos no solo involucran la utilización de sustancias extraídas de plantas, animales y minerales, sino que involucran una conexión profunda con energías sutiles o espirituales adquiridas por los guías, curanderos o chamanes a través de variedad de ceremonias de purificación en procesos prolongados de ayunos y abstinencias para lograr una guía espiritual en planos superiores
La enfermedad es tratada desde tres ángulos distintos, el primero, es mental, nuestra mente produce, consciente o de manera inconsciente malos pensamientos que se tienen que eliminar; la saturación de ideas negativas genera emociones negativas, ese es el segundo aspecto a eliminar, cuando dichas emociones no son depuradas entonces llegamos al tercer enfoque, que se realiza cuando la energía generada por la saturación emocional, produce fallas en algún órgano, acumulación de sustancias tóxicas o asimilación de elementos nocivos, lo cual se tiene que corregir depurando y limpiando tales desperfectos, comprendiendo y sanando así mismo las causas que le dieron origen.
Ayahuasca
Es una medicina venida de la selva amazónica, de América del sur, regularmente conocida como Ayahuasca, Yage, Uni, etc. dependiendo del pueblo amazónico que la elabore; consiste en la mezcla principal de dos plantas, la liana de Ayahuasca y las hojas de Chacruna cocinadas en agua a fuego lento, en cuyo proceso que puede durar de uno hasta tres días, dependiendo de la cantidad, el cocinero tiene que estar rezándola, soplándola con tabaco y manifestando sus mejores intenciones, al final el jugo de las plantas perfectamente mezclado queda reducido y muy concentrado obteniendo la medicina sagrada.
La esencia y espíritu de las plantas mezcladas, rezadas por un hombre medicina perteneciente a alguno de los pueblos guardianes de esta medicina ancestral, a quien se le conoce como cocinero, produce en quien la toma un trance conocido como sueño lucido. En él, el paciente enfrentado a si mismo suele tener uno o varios de los siguientes episodios: conversaciones muy profundas con nuestro propio entendimiento, visiones o revelaciones de diversa índole, que van desde la percepción de un mundo diferente conformado por fractales coloridos, luces intensas y figuras geométricas. En la conversación interna, suelen aflorar episodios emocionales escondidos en el subconsciente, interacciones con personas trascendidas o aun vivas que están ausentes físicamente, encuentros con seres sutiles y energías dimensionales, percepción extrasensorial, que van desde la telepatía, premonición, clarividencia y otras. Todo ello nos lleva a experimentar en la sesión que dura aproximadamente 6 horas, una realidad mucho más profunda que aquella cotidiana y limitada en la que hemos vivido; produciendo en nuestra conciencia un momentáneo salto y comprensión de la energía que somos y aquella realidad no visible que nos rodea, aunque el verdadero trabajo de esta medicina es cuando nos aterriza de nueva cuenta en nuestra realidad, con la información obtenida para procesarla.
Los activos de las plantas que contiene el brebaje, por si mismos son medicinales; ayahuasca: contiene potentes alcaloides que actúan como inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO) lo que permite al componente psicoactivo de la chacruna dimetiltriptamina (DMT) entrar en actividad; como agente nuero génico pretende despertar a las células madre neurales en el adulto y convencerlas de que formen nuevas células nerviosas, sus compuestos son relajantes desintoxicantes y des inflamatorios.
Pero el campo más amplio en que trabaja la sanación de ayahuasca, es en el mundo invisible, desde donde es capaz de curar además del cuerpo físico; nuestra mente, emociones y campo energético. Todo ello a través de interacciones en el mundo diminuto y energético de conexiones cuánticas que nos lleva a percibir otras realidades sutiles; esta percepción se realiza durante el proceso de los sueños lucidos, donde la medicina nos puede conectar con espíritus de las plantas (incluyendo el de la misma ayahuasca al que cariñosamente le decimos abuelita) animales de poder, seres superiores iluminados de este y otros planos, ancestros de nuestro propio linaje, quienes verdaderamente son los curanderos astrales y dimencionales, energías de los elementales y de lugares distantes en el tiempo y el espacio. En esa tesitura, la ayahuasca puede curar cualquier desequilibrio: físico, mental, emocional o energético, porque no es solo las facultades físicas que tienen las plantas que actúan, sino, son el vehículo para llevarnos a un hospital espiritual o para traernos al o los curanderos que necesitamos mediante esa conexión energética.
El Ayahuasca puede ayudar a:
Personas que buscan una guía para su vida.
Personas que padecen alguna enfermedad
Personas que sufren ansiedad o depresión
Personas que creen haber sido dañadas por otras
Personas que buscan autoconocimiento
Personas que tienen padecimientos que no sabe de donde deriban.
